El valle de la muerte






Death Valley (California)
En un par de semanas volveré a trabajar, junto con otros científicos, al inhóspito Valle de la Muerte en California que, con sus 225 kilómetros de largo, es el mayor Parque Nacional de los Estados Unidos de América.
Este inmenso desierto tiene además otros impresionantes récords. El 23 de julio de 2006 en la estación de Badwater se registraron 58,1ºC, que es la temperatura absoluta más alta registrada en el planeta. En esa misma depresión salada de Badwater se encuentra también el punto más bajo de América, que es de 86 metros bajo el nivel del mar.

El Devil’s golf course o Campo de golf del Diablo. Una enrome planicie reseca e intransitable.
Verificando anteayer en Google Earth las coordenadas de dicha estación descubrí una cosa muy curiosa y es que Google es incapaz de colocar sus carreteras y datos bajo el nivel del mar y al verlos en 3D aparecen flotando en el aire. Lo curioso también es que el desierto aparece en ese punto cubierto de una capa de agua que nunca tuvo (probad a buscar en Google Earth Badwater, Death Valley, California) y al tratar de acercaros al aparcamiento, veréis como parece que nos sumergimos bajo el agua.
El Valle de la Muerte debe su nombre a una trágica expedición que partió en 1840 desde Santa Fe cegada por la fiebre del oro recién descubierto en California. Más de 100 carretas, cargadas con la esperanza de cientos de familias, colonos y mineros, partieron atravesando las enormes planicies desérticas de Nuevo México, Nevada y Utah. Intentaban seguir la vieja ruta española que unía las misiones de Santa Fe y Los Ángeles, pero las dificultades de la ruta, los profundos y largos cañones que surcan esa zona, lo desdibujado del camino, la falta de agua y la poca fe en los exploradores que les guiaban, hizo que se desgajasen varios grupos buscando nuevos senderos, abandonando así el “Old Spanish Trail”.
Una caravana de 49 personas giró hacia el sur siguiendo la cuenca seca del río Amargosa, que labra la mayor depresión del valle, y quedaron atrapados en aquel fúnebre desierto de escarpadas e infranqueables montañas. La ausencia de agua y alimentos, les hizo detenerse a matar parte de sus bueyes para ahumar su carne quemando las carretas. Los restos del convoy se conservan aún allí como monumento. El grupo, del que milagrosamente sólo murió allí una persona, siguió su penosa ruta por el desierto de Mojave, camino de Los Ángeles y desde el último collado, mirando atrás a aquel maldito desierto, exclamaron: ¡Adiós valle de la muerte! bautizando así aquel enorme paraje hasta entonces desconocido.

A pesar de las advertencias, aún siguen muriendo incautos en Death Valley
Desde entonces decenas de personas, inicialmente colonos y luego turistas incautos, han muerto intentando atravesar este horno natural, (Foto 3) bien por deshidratación o por las mordeduras de los abundantes crótalos y escorpiones que lo habitan.
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