Procedimiento para desenrollar negativos

Hemos recibido una vieja caja de cartón con negativos de prensa tomados, algunos de ellos, hace más de 70 años.
El problema en aquellos tiempos se archivaron los rollos completos, sin cortar, enrollándolos sobre sí mismos en forma de canuto bastante apretado sujeto por papel a modo de faja en el que se incluyen anotaciones del evento que contiene. Intentar des enrollarlos para hacer copias, escanearlos o archivarlos en álbumes es como manejar un muelle o un matasuegras. Intentamos en primer lugar cortarlos en segmentos de 6 fotogramas para archivarlos en hojas archiva-negativos tanto del modelo de papel vegetal como acetato-cristal, paro posteriormente prensarlos durante un mes, pero pocas semanas después recuperaban su forma destrozando las hojas y álbumes.
Hemos consultado en listas de correo especializadas, foros, especialistas y Webs de Internet, sin encontrar ninguna solución al problema.
El procedimiento que describimos se ha diseñado con éxito para aplanar unos negativos de prensa, en formato 135, tomados entre los años 1950 y 1980, enrollados fuertemente sobre si mismos en forma de canuto, con la idea de poderse posteriormente cortar en tiras de 6 fotogramas para enfundarlos y escanearlos sin que, como ocurría hasta ahora, destrozasen los soportes de archivo.
La idea se basa en la sugerencia de Jesús Limarquez de intentar enrollarlos en sentido contrario en espirales y realizar un prolongado lavado.
El proceso se ha diseñado con la idea de fraccionar el lavado normal en varias etapas en gradientes de temperatura ascendentes, de forma que reblandezcan tanto la emulsión como su soporte y luego efectuar otro ciclo de lavado con temperaturas descendentes para acabar endureciendo el material al tiempo que se elimina cualquier radical contaminante de cara a optimizar su conservación.
La mayor dificultad estriba en la introducción de la película en las espirales en dirección contraria a su pliegue, es decir, con la emulsión hacia afuera. Con las espirales estándar (Fig. 1.2) el proceso un complicadísimo, si no imposible, así que hemos probado primero con otro modelo de espirales estándar pero con solapas de entrada amplia (Fig 1.1) y luego con espirales de minilab ATL Jobo (Fig. 1.3).
En el segundo caso la introducción es relativamente sencilla debido a que las solapas anchas facilitan enormemente el proceso, aunque recomendamos el segundo tipo de espirales tipo JOBO (Fig. 1.3) ya que su mayor diámetro hace que la torsión y doblez que sufre la película sea menor, además cuentan con un largo carril de entrada y carecen del piñón de bola que tanto dificulta la introducción en las espirales normales. Como tenemos tanques-drum Jobo de hasta 6 espirales, pueden procesarse además mas rollos por ciclo.
El proceso comienza llenando el tanque que contiene las espirales con agua del grifo (en nuestro caso, al ser verano, estaba a 23ºC, pero es mejor que esté a temperatura de ambiente) con dos gotas de Kodak Photoflo y manteniéndola en este baño sin agitación durante 5 minutos para facilitar el efecto del Photoflo y permitir un hinchado suave y gradual de la gelatina.
Hay que recordar que el mayor peligro de estos procesos son los cambios bruscos de temperatura, ya que pueden cuartear irremediablemente la gelatina o incluso provocar el su desprendimiento del soporte.
Seguidamente realizamos un lavado de 10 minutos en agua corriente a la misma temperatura.
Con la idea de ablandar al máximo la película, continuamos el lavado elevando gradualmente la temperatura del agua unos 10ºC, es decir hasta unos 35ºC y la mantenemos así corriendo 10 minutos.
Volvemos a bajar la temperatura del agua corriente a temperatura de ambiente (23ºC) durante 5 minutos
Finalmente sometemos la película en un baño de agua desionizada a 20º y luego a 15ªC con una decena de gotas de Photoflo durante 10 minutos con la intención de endurecer la película.
El secado de la misma se realiza colgándola con dos pinzas pesadas en su extremo inferior en un armario de secado con el ventilador y la temperatura apagadas y, con el objeto de prolongar al máximo el tiempo de secado, incrementamos la humedad ambiental colocando bajo los negativos una cubeta con agua templada de forma que permanezcan así un mínimo de 24 horas.
Pasado ese tiempo cortamos la película y la enfundamos en hojas archivanegativos tipo “cristal” para proceder a su escaneado completo, a modo de índice, con la idea de generar una hoja de contacto en láser para archivar junto con el negativo original.
Han pasado tres años desde que diseñamos este proceso y los negativos permanecen aplanados.
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