El misterioso mundo de los Myxomycetes






No son animales ni plantas, sino un reino aparte, tan pequeño y maravilloso como desconocido. En estas líneas les contaremos alguno de sus secretos.
Los myxomycetes o mixomicetos, también llamados hongos mucilaginosos, son un grupo de organismos que se encuentran a caballo entre los reinos animal y vegetal. Incluyen unas 1500 especies repartidas por todo el mundo que, por lo general, habitan en las zonas más húmedas y oscuras de los bosques. Se desplazan lentamente como masas informes sobre la vegetación podrida del suelo devorando hongos, bacterias y restos vegetales. Digo generalmente, porque ayer mismo volví de una expedición, junto con uno de los mayores especialistas mundiales en este campo, en que los encontramos por primera vez en España a 2.850m de altura, sobre restos de vegetación cercanos a los pequeños neveros que aún cubren el Teide.
Su ciclo de vida es muy peculiar. Comienza con la germinación de una espora de la que emerge una pequeñísima ameba unicelular, similar a un chicle informe, que avanza por el suelo húmedo rodeando a las bacterias con sus prolongaciones y devorándolas por fagocitosis. Si el suelo es muy húmedo y casi inundado, es capaz de transformarse por sí misma en una célula biflagelada y desplazarse como si fuese un espermatozoide con dos colas.
Dependiendo de la especie y bajo determinadas condiciones, llega la etapa de agregación en se forma una peculiar masa multicelular llamada plasmodio, visible ya a simple vista como un chicle anaranjado con nervaduras, que avanza devorando toda la pequeña materia orgánica que se encuentra (Fig.2) y cuya velocidad de avance varía desde un milímetro por hora, hasta los dos centímetros por minuto. En este estado vive indefinidamente hasta que las condiciones del medio se vuelven desfavorables, generalmente por el descenso de la humedad. En este caso, el plasmodio se concentra y transforma en unos pequeños cuerpos fructíferos en los que se formarán las esporas que garantizarán su descendencia. En la imagen, marcado con una flecha, se aprecia uno de esos cuerpos fructíferos.
El cuerpo fructífero o esporocarpo, suele tener la forma de un huevo de menos de 1mm, que aparece unas veces en el extremo de un fino pie y otras sentado directamente sobre los restos del plasmodio. En su interior hay una apretada madeja de filamentos llamada capilicio que retiene las esporas y todo el conjunto está envuelto en una fina membrana llamada peridio que, en ocasiones, muestra unos colores iridiscentes maravillosos. Cuando madura el esporocarpo, se acaba rompiendo esta membrana y se produce la diseminación de las esporas.
Las fructificaciones de los mixomicetos presentan tal variedad de formas y colores, que es en esta fase cuando mejor se pueden observar y clasificar las distintas especies. El que tenga un tamaño tan pequeño, casi al límite de la visión humana, explica lo poco conocido que es este grupo de organismos. He participado en varias expediciones para estudiarlos y ello implica estar a gatas en bosques y montañas armados con potentes lupas rebuscando entre la hojarasca, muchas veces a gran altitud, especialmente cuando se buscan especies nivícolas.
Las fotos de este artículo son fotomacrografías de apilamiento tomadas en mi laboratorio con un sistema de guiado por ordenador que he construido personalmente. La calidad de las fotografías obtenidas así es tan buena, que investigadores de todo el mundo (incluso de Australia) nos han enviado ejemplares recolectados por ellos para ser fotografiados con esta técnica.
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Nora Frayssinet
Me interesa este tema por ser desconocido y cautivante, soy citogenetista vegetal y me dedico a dar charlas de divulgación a público relacionado con el mundo vegetal.
Agradezco su atención y espero recibir nuevos trabajos. Muchas gracias
luismonje.com
Gracias. Creo que en mi web encontrarás mucho material para inspirate