El misterio de las piedras de lunares



El castillo de Zafra, joya de la gélida sierra de Caldereros
El misterio de las piedras de lunares
Sabe usted lo que es pasar frío de verdad? En Guadalajara, hay fríos que además de helar el alma, parten las rocas y las visten con flamencos colores.
Cuando los alcarreños hablamos de frío, inmediatamente pensamos en Molina de Aragón, pero quienes hemos recorrido en algún crudo invierno las sierras del Señorío, conocemos zonas aún más frías, como el Alto de La Campana o la Sierra de Caldereros, puntos en los que lamentablemente no existe un registro meteorológico alguno.
El observatorio de la capital del Señorío ostenta el récord regional de bajas temperaturas, con los -28,2ºC registrados el 28 de enero de 1952. El que suscribe ha llegado a sentir en su piel en las cercanías del Castillo de Zafra -16,5ºC en las Navidades de 2001; año en que el termómetro llegó a registrar los 24 bajo cero el día de Nochebuena.
También ostentamos el récord absoluto nacional de intervalos térmicos con 27,5ºC en un día. En concreto, en el observatorio de Molina, se registró tal récord el 4 de junio de 2006, cuando el termómetro bajó desde los 28ºC a los 0,5ºC. Es decir en un mismo día se pasó de la manga corta a rozar el punto de congelación.
Si estas cifras de Molina le parecen asombrosas, imagine las que podrían registrarse en la cercana Sierra de Caldereros, 400m más alta que la capital del Señorío y considerada la zona de mayor continentalidad de España, en la que los intervalos térmicos entre el día y la noche pueden superar con creces los 30ºC. El famoso castillo de Zafra, se encuentra precisamente en una cresta de esta sierra.
Conglomerado con piedras de lunares. Úsese el bolígrafo como escala
Oiga y ¿por qué ha titulado usted este artículo con eso de las piedras de lunares?
Pues porque en el corazón de dicha sierra abundan unas folclóricas rocas, con lunares claros, parecidas a las Amanitas muscarias. Estas piedras de lunares, además de ser muy atractivas como pisapapeles, creen que son únicas en el mundo.
La explicación de los lunares me la dio mi amigo, el gran geólogo Raúl Gorges, con el que he recorrido algunas veces la zona. Parece ser que estas rocas son depósitos de cantos rodados de cuarcita, entre los que se depositó una matriz de arenas arcillosas. Los cantos rodados quedaban así en contacto unos con otros en los puntos en que saldrían luego los lunares. El conjunto se hundió a gran profundidad y durante millones de años, debido a los fuertes intervalos térmicos y sobre todo a la gran presión a que estuvieron sometidos, los puntos de contacto entre las piedras se desgastaron y perdieron el color rojo arcilloso que durante millones de años tiñó el resto de la piedra, quedando para siempre con este aspecto tan alegre y flamenquillo.
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