A la caza del cometa Catalina







La noche del sábado 17 de enero, en una de las pocas madrugadas despejadas de este mes, avisé a Javier, mi compañero de aventuras fotográficas por Guadalajara, para salir a ver si lográbamos fotografiar el cometa Catalina. A tal menester, salimos sobre las 22h y súper abrigados, ya que las previsiones rondaban los -6ºC y pensábamos quedarnos hasta que se metiese la menguante luna a la 1 de la madrugada.
Pusimos rumbo a Budia, donde a duras penas tomamos un café al llegar, ya que no nos querían abrir la puerta pensando que éramos policías y el bar estaba con los últimos parroquianos algo cocidos. Para colmo, al irme me dejé el tabaco y tuve que volver a la media hora haciendo señales con la linterna para que me lo devolviesen.
Subimos a los altos de la ermita del Nuestra Señora del Peral, que está a unos 1.050mm. y a la débil luz de la luna, empezamos a montar los equipos rozando la medianoche. Como en la oscuridad se suelen perder muy fácil los accesorios, me llevé lo mínimo posible: una Nikon D7000, un Tamrom 17-50mm/2.8, un Tokina AXT 300mm/f2.8, un trípode Gitzo de fibra de carbono y un cable disparador. Y, para combatir el frío, parte de la ropa que compré para ir a la Patagonia, de donde acabo de regresar: camiseta térmica, un grueso forro polar Forclaz 500 y una parka de cordura con grandes bolsillo. En las piernas, calzoncillos escoceses Pringle, pantalón interior térmico tipo leggings y un pantalón Columbia con tecnología Omni-Tech™ de escamas internas de plata que son una virguería, porque reflejan hacia dentro el infrarrojo que emite el cuerpo. En los pies, calcetines gruesos de lana y botas de montaña. Aun así, como siempre y a pesar mis varias décadas hacienda fotografías nocturnas, los pies son siempre lo primero que se acaba uno congelando. Lo mejor en estos casos, en que está uno mucho tiempo quieto a la intemperie, es poner en el suelo las esterillas del coche. Al irnos, el termómetro rondaba los -7ºc y, aunque afortunadamente no hacía viento, las manos y los pies ya ni los sentía.
Comenzamos la noche tirando unas fotos nocturnas a la ermita de Budia, iluminada a la luz de una débil y menguante luna cercana al horizonte.
Al lado de la rama izquierda del peral que hay en el primer término, se aprecia como referencia la estrella doble Mizar-Alcor, penúltima estrella de la lanza del carro de la Osa Mayor, en cuyas proximidades se hallaba el cometa que buscábamos. La imagen está tomada con un Tamron 15-50mm/2.8, en posición de 17mm, con 30 segundos a f/3,5 y 3200 ISO, sin filtros y con WB de Tungsteno. La luz roja que tiñe los muros de la ermita es de los frenos de un coche que pasó a 100m y casi me arruina la toma.
Con este zoom corto, intenté inicialmente detectar el cometa dando una larga exposición con la idea de descubrir su trazo, que presuponía que tendría otro sentido al resto de las estrellas. Así localicé el dificilísimo cometa D-14 hace dos años, que tenía magnitud +7 (la vista alcanza aproximadamente hasta la +4 magnitud), pero el cometa actual era muy lento y se movía casi al ritmo de las estrellas, así que la técnica no valió para nada. Después de muchas pruebas y mucho frío, localizamos un objeto verde, borroso y muy débil en la siguiente posición:
LA TÉCNICA
Una vez localizado, montamos los teleobjetivos, en mi caso un viejo cañón Tokina AXT 300mm/f 2.8, y empezamos con las pruebas de exposición.
La idea es lograr que las fotos salgan nítidas, para lo cual hay que cerrar un poco el diafragma para eliminar las aberraciones residuales. Para que las estrellas salgan como puntos y no como trazos hay que dar el tiempo de exposición mínimo necesario, que está en función del aumento de la foto (a mayor distancia focal del objetivo, más corto el tiempo) y de la cercanía del cometa a la estrella polar, que determina la velocidad angular del objeto celeste. Como estaba muy cerca de la polar, que es el eje aparente sobre el que gira el cielo, pudimos disparar durante casi 4 segundos con un 300mm sin que apenas saliesen movidas. El último parámetro es el ajuste de sensibilidad del sensor, que depende mucho del modelo de cámara y que condiciona el ruido y grano de la imagen. Con mi vieja y baqueteada Nikon D7000 se puede arriesgar uno a disparar hasta 3200 ISO, aunque al final, como se quedaba corto, disparé a 6.400 y usé luego un programa de reducción de ruido en el post procesado. Disparando en RAW, el balance de blancos se puede hacer a posteriori, pero a mi particularmente me gusta usar de noche el modo Tungsteno, que da unos azules profundos muy reales, lejos del color rojizo que se obtiene en Luz de Día o en Auto. Por último, la cámara debe montarse sobre un buen trípode, bien equilibrada, y usar el modo de levantamiento previo del espejo. Y, por supuesto, hay que usar un cable de disparo dejando pasar al menos 5 segundos entre el levantamiento del espejo y el disparo del obturador.
Finalmente, la imagen la procesé en casa a las 3 de la madrugada usando Adobe Camera RAW, el filtro de reducción de ruido Denoise y uno forense para matrículas trepidadas con la idea de minimizar el pequeño “motion blur”, del orden del 50%, que aparecía en las estrellas debido a su movimiento.
EL COMETA
El cometa Catalina es una masa de polvo y hielo de unos 10km de diámetro llamada C/2013 US10, que se mueve a una velocidad de 46 km/s. Este cuerpo celeste se presupone que se desvió hacia la Tierra debido a una colisión y, por las características de su órbita, no va a quedar atrapado por el sol, así que ésta es la única oportunidad para verlo antes de que se pierda en el espacio sideral. Casualmente alcanzará su perigeo, o punto más cercano a la Tierra, entre los días 16 y 18 de enero, así que anoche y mañana serán las mejores oportunidades para verlo.
El cometa en si tiene dos colas: una de polvo, que va dejando atrás en su recorrido, y otra de vapor del hielo sublimado por el sol, que, como ocurre siempre, apunta en dirección contraria al astro rey. Debido a que el cometa es muy débil, resulta imposible ver las colas a simple vista y solo con una larguísima exposición: únicamente posible empleando costosos sistemas de seguimiento o grandes telescopios, se podrían visualizar. En estos casos, además, se suelen hacer varias tomas similares al HDR con el objeto de conservar detalles en las luces más altas del núcleo del cometa, además de tirar varios “darks” “bias” y “flats” y otras técnicas de reducción de ruido en astrofotografía, que explicaremos en otra ocasión.

Finalmente y aprovechando que teníamos montados los teleobjetivos, tiramos unas fotos a la luna cerca del horizonte.
Otra a la gran nebulosa de Orión situada bajo las Tres Marías:
Y finalmente a Júpiter que sobre las 1:45am empezaba ya a estar alto en el horizonte.
En la foto se observan varias de sus lunas casualmente alineadas este día y que, de arriba abajo son: Calisto, Ganimedes, Io y Europa
Finalmente, sobre las 2 de la madrugada y con las manos y pies casi congelados, nos volvimos a Guadalajara, ya con cerca de 7 grados bajo cero.
Antonio Garcia-Bellido Capdevila
Luis eres un verdadero Crack!!!
Mi ídolo!!!
Me encanta tu Blog! No solo la parte de Astronomía o fotografía nocturna, sino TODO!!!
Te gustan las mismas cosas que a mi…. solo que tu eres un profesional de la fotografía y has conseguido vivir de eso… Viajar, disfrutar de la vida con tu pasión…
Un abrazo muy grande:
Antonio
luismonje.com
Gracias Antonio
Luis Montalvo
Muy buen artículo y muy buenas fotografías.
Un abrazo tocayo.