ALAS DE MARIPOSA









Un ninfalido de la subfamilia Heliconianae de la tribu Ithomini, fotografíado en Tenerife
¿Hay algo más delicado y bello en la Naturaleza que las alas de una mariposa? ¿Conoce usted los secretos que encierran? Voy a contarle algunas cosas sobre ellas que descubrí mientras hacía un trabajo de microfotografías para el Museo Vasco de la Ciencia y Tecnología.
Las mariposas, o mejor dicho los lepidópteros, son un orden de insectos, casi todos voladores, que incluye más de 150.000 especies repartidas por todo el mundo. La palabra lepidópteros significa en griego alas escamosas, pues casi todas tienen sus alas recubiertas por estas pequeñísimas estructuras. Esas mismas que usted confunde con polvillo cuando atrapa en su mano alguno de estos insectos.
Casi todas las mariposas tienen una coloración críptica con la que pretenden camuflarse en su entorno para eludir a los depredadores, especialmente cuando están posadas con las alas recogidas. Algunas especies tienen unos enormes ocelos, que son esos grandes y coloridos círculos concéntricos que adornan sus alas posteriores cuando las abren. Al sentirse amenazadas despliegan de repente sus polícromas alas y hacen creer al depredador que los ocelos son los grandes ojos de un animal escondido entre el follaje, una estratagema que las más de las veces consigue poner pies en polvorosa al burlado cazador. Otras, como la mariposa monarca de la que hablaremos otro día, muestran siempre sus extravagantes colores para recordar a quien se le acerque con malas intenciones que en su interior guarda un poderoso arsenal de sustancias venenosas, que el lepidóptero acumula a base de devorar plantas ponzoñosas cuando aún era una oruga. A veces los colores y ocelos son muy numerosos y llamativos, una táctica que le sirve para marcar el territorio frente a la llegada de otros individuos de la misma especie.

Vista frontal de Heliconius charithonia
Las mariposas son animales aterciopelados, dotadas de unas grandes antenas, algunas de ellas plumosas y de enorme complejidad que, entre otras funciones, emplean para oler y detectar a mucha distancia unas hormonas sexuales, las feromonas que las emiten las hembras. Tienen también una trompa, que pueden recoger en espiral, con la que alcanzan el néctar depositado en las profundidades de las flores que visitan; les digo el néctar por empezar con las buenas noticias, porque las malas son que muchas mariposas gustan de libar en excrementos. Ya saben, sobre gustos no hay nada escrito.

Fotomacrografía de escamas de mariposa.
Si observamos con una potente lupa las alas de cualquier mariposa, veremos que están formadas por una lámina basal recubierta por un mosaico de escamas de distintos colores imbricadas como las tejas de una casa, que forman polícromos arabescos. Unas pocas mariposas exóticas, como la azulada e iridiscente Morpho, adornan sus escamas con unas estructuras especiales dispuestas piramidalmente como babilónicos zigurats. Son tan pequeñas que el rebote de la luz en los distintos niveles produce unos colores de interferencia de ondas similares a los de un cederrón, así que en función de ángulo en que incida la luz su color azul brilla en infinitas tonalidades.

Escamas de lepidóptero vistas al microscopio electrónico de barrido en falso color.
Cuando observamos las escamas a más de 5000 aumentos, para lo cual hace falta un carísimo y voluminoso microscopio electrónico, lo habitual es ver cada escama individual como una pluma, con el extremo agudo terminado en un pedúnculo que encaja en un alveolo de la membrana basal y el otro extremo festoneado con diversos tipos de ondulaciones características para cada especie.

Fotomicrografía de barrido en falso color de las escamas de la mariposa Plebejus argus subsp hypochiona. Vistas a x5.000 y x15.00 aumentos
Si triplicamos los aumentos para observar la estructura en sí del cuerpo de la florida escama, nos quedaremos boquiabiertos al ver como la Naturaleza ha conseguido una maravillosa estructura simétrica y trabecular, que recuerda un edificio de Calatrava, para lograr posiblemente la estructura natural más sólida y ligera que existe en La Tierra. Es tal el delicado detalle que tiene el ala de una mariposa, que se ha convertido en el tema preferido con que los fotógrafos científicos probamos la calidad y resolución de los objetivos.